Los lubricantes de base agua son los productos más versátiles y un gran punto de partida para iniciarte en este mundo. Se pueden usar para cualquier necesidad sexual, y consiguen que las relaciones sean más placenteras. Por ejemplo, puedes emplearlos para el sexo con penetración, para la masturbación o para usarlos con juguetes sexuales. Y también pueden ser usados con preservativos, ya que no tienen interacción con el látex, el producto con el que están fabricados la gran mayoría.

Los lubricantes de base agua no irritan la piel

Uno de los aspectos destacados de los lubricantes de base agua es que son ideales para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles. Y también previenen la posible irritación genial. La razón es simple; sus ingredientes suelen ser más naturales y el agua es el principal; lo que hace que nuestra piel y mucosas se adapten perfectamente.

Otra ventaja importante que les distingue de otros lubricantes es que son muy fáciles de retirar y de lavar, también en sábanas o ropa. No dejarán mancha.

¿En qué no son tan buenos los lubricantes de base agua?

Por supuesto, también hay aspectos en los que estos lubricantes no son tan buenos. Por ejemplo, no se pueden usar bajo el agua o en la ducha. Y la razón es sencilla; si usas agua, el lubricante se retira con ella (por eso es tan fácil de limpiar). Además, es posible que su efecto sea menos duradero que el de otros lubricantes y necesites aplicarlo un par de veces. Por eso quizás no sean la mejor opción si lo que pretendes es una sesión de resbalones ‘maratoniana’.

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