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El masaje sensual perfecto, paso a paso

Los Lubets somos muchas cosas, pero si de algo presumimos es en ser auténticos especialistas en dar masajes sensuales únicos (porque para recibirlos valemos todos). Como somos generosos y nos gusta que resbaléis, vamos a compartir nuestra sabiduría con vosotros con esta guía para dar el masaje sensual perfecto, pasito a pasito, y suave, suavecito. Esperamos que triunfes con ella y que compartas ese triunfo con nosotros, joven aprendiz.

1. Cuida el ambiente

En este caso no te pedimos que recicles o que no contamines (que también), el ambiente que hay que cuidar es todo el entorno que rodea a nuestro masaje sensual. Pídele a tu pareja que se desnude y se tumbe boca abajo sobre una cama firme o una toalla. Usa luces tenues, si es de velas aromáticas, mejor que mejor. Elige una música relajante, y no hace falta que sea un canto gregoriano o un sonido marino tipo spa. Vale el jazz o una música que os guste y os calme. Un buen 'fichaje' es un humidificador en el que se puedan poner aceites esenciales que le den otro toque a la sala en la que estéis. Con esto, ya deberíamos tener listo el 'escenario'.

2. Usa aceite de masaje

Esto nos parece imprescindible (cómo no). Y dentro de nuestra familia Lubet tenemos un Aceite de Masaje ecológico, ideado para este tipo de masajes, y también un lubricante base aceite que tiene función doble, para masaje y para lo de después del masaje. Con ellos deslizarás más, dejarás mejor la piel y las sensaciones del que masajea, pero sobre todo del masajeado, serán mucho más intensas. Sin aceite, la sensualidad se queda en mínimos.

3. Des-pa-ci-to

Es obvio, hay que empezar muy suave. Los primeros 20 minutos de un masaje erótico deben ser caricias y repasar cada centímetro del cuerpo que tienes delante, sin pasar todavía por las zonas erógenas. Ya habrá tiempo de masajear la vagina, el culo o el pene. Al principio se trata de que la otra persona se relaje al máximo, de incrementar lentamente las ganas de que llegue lo otro. Usando la base de la mano hay que ir recorriendo la espalda, cuello, brazos y piernas, concentrándose en cada músculo antes de pasar al siguiente.

4. Empieza el toqueteo

Después de haber repasado todas las partes del cuerpo no genitales, toca ponerse al turrón. Si, ha llegado la hora de acercarse a la zona 0, pero con suavidad. De hecho, lo ideal es tocar muy ligeramente, casi solo rozando las zonas de alrededor de los pezones, la vagina o el pene, pero sin llegar a tocarlas o masajearlas. Usa tus labios, tu aliento, sé creativo y permanece atento a las reacciones del otro. Si un besito en el lóbulo hace que se estremezca, sigue por ahí...

5. Hora de ir al grano

Si has seguido bien los pasos anteriores, la persona que está siendo masajeada ya debería estar muuuuuuuuy excitada. Así que ahora es el momento de tocar y masajear sus genitales. Empieza con mucha suavidad, ya que la excitación previa debería provocar que un simple roce provoque un gran placer. En el caso de la mujer, empieza con movimientos circulares lentos en su clítoris, y en el del hombre, mastúrbale con suavidad. Ya depende de ti si después pasas a lo oral, a la penetración con los dedos o a la penetración-penetración.

6. No pares antes de tiempo

Si habéis llegado hasta aquí, solo hay que seguir una última regla, pero quizás sea la más esencial de todas; asegúrate de que esto acabe en un orgasmo. No pares antes de tiempo y esfuérzate porque el final sea más feliz que el de todos los cuentos que te contaron de pequeño.