Sabemos que conocéis los Lubets y que os encanta resbalar pero… ¿sabéis quién es la inventora de estos pequeños sobrecitos de placer? 

Alicia Zurita es una emprendedora nata, madre de los orgasmos ecológicos, de los resbalones, los clics y del potenciador de orgasmos (¡Amén!). Lo suyo es innovar y por ello, la han entrevistado en Innova Spain, el periódico líder de la innovación.

Os dejamos aquí la entrevista completa para que podáis conocerla y de paso, conocernos mejor (¡sin ella, no existiríamos!) y a continuación os contamos los highlights más importantes.

Lubets, lubricantes lifestyle

Tal como cuenta Alicia en la entrevista, los Lubets nacieron de la necesidad de ocupar un hueco desatendido del mercado: primero, el bote de lubricante –“muy anticlima, empezado a medias, sucio, poco transportable”, en palabras de Alicia–, y segundo, las farmacias, que con sus productos dan a entender que lo que se tiene es una patología . 

Los Lubets son lubricantes naturales, ecológicos de una sola dosis y que se aplican con un clic. “Alguien que tenga una patología tiene que darse un producto y puede sentirse mal. Yo puedo hacerlo sexi. Así surgió Lubets, con mucho concepto, con atributos muy fuertes y posicionado directamente en lifestyle: que los lubricantes no sean necesidad, pero que se utilicen de forma natural. Es un poco lo que pretende, que sean experiencias para quien lo necesite”, indica la emprendedora.

Innovación y ecología

La innovación, por otro lado, es el valor diferencial de la empresa: ecológicos, responsables con el medio ambiente y con el cuerpo de la mujer, y sobre todo, de un solo uso. Los Lubets destacan por su innovadora forma de aplicación, un clic y a dejarse llevar. 

“A mí me parece que las monodosis, además de las bondades que tienen, son reciclables y utilizan mucho menos plástico. Es un material bueno y el impacto energético es menor –producido 100% en España–, con menos material" - Comenta Alicia. 

De hecho, Lubets estaba contemplando la posibilidad de cambiar el plástico por el papel. Y aunque, a priori, parece que es más ecológico “–y en marketing sería un salto increíble”, indica–, sería engañar. “Es que sería como un tetrabrick, no sería ecológico. Prefiero el plástico que sí que es reciclable".